Un nuevo día

Ha llegado la señora 👩 que me apoya en mis cosas personales y como todos los días me trae un vaso 🥃 de agua para despertar, con su ayuda paso al baño 🚽 mientras tiende la cama 🛌 para no dejar un desastre mi habitación.

Como es de costumbre platicamos para despertar mientras me ayuda a bañarme y cambiarme para comenzar mi día con buena actitud (aunque no siempre se tiene esa actitud).

Tomo un té calientito en lo que me maquillo (si es que no me gana la flojera) y peino para salir, pero antes dejo hecho mis necesidades con ayuda de mi tía que también me apoya en llevarme a mi trabajo, al llegar como es de costumbre saludo a todos con una sonrisa en mi rostro deseándoles un buen día.

Lista para dar sesiones pues como ya saben soy casi psicóloga (ya falta poco para ese título), me acomodo en el escritorio esperando ansiosamente al paciente, pues lo que más amo de mi trabajo es que cada día me espera algo diferente ya que cada cabeza es un mundo y lo tengo que explorar para poder sanar.

En mi hora de comida trato de relajarme para dar un mejor servicio, y que mejor desestres que un rato de risas acompañada de un gran amigo con el cual comparto muchos momentos.

Llego a casa un poco cansada, guardo mis cosas para comer acompañada de mi tía y hermano para después darme un descanso.

En este espacio de tiempo mis actividades pueden cambiar pues a veces me pongo a pintar, leer, escuchar música, preparar dinámicas para mis pacientes, hacer tareas, o simplemente contemplar mi techo sin hacer nada.

Al llegar la noche vuelve la señora para cambiarme, lavarme la cara y ponerme pijama en lo que nos ponemos al día con lo que nos pasó, Y por fin acostarme a charlas con amistades hasta que me de sueño y se acabe mi día…

Muy bien, ya conocen mi rutina desde lo exterior pero ahora les contare desde lo emocional

¿Se imaginan que alguien mas este presente cuando haces tus cosas intimas? ¿Qué sentirías? Pues yo les responderé, ¡¡es muy incómodo!! Aunque sea tu familiar el que te ayude, porque no tienes privacidad en tu cuerpo, porque te sientes mal al como va a reaccionar la otra persona o al típico que dirá, al sentir que estas importunando cuando se presentan las necesidades fisiológicas y prefieres callar para no causar problemas porque si, es muy cansado cuidar a alguien con capacidades diferentes y es muy lógico que terminen irritados ambas partes. Esto hace sentirte hasta un cierto punto incapaz de hacer algo tan común para los demás que muchas veces lo pasan desapercibido, no es ningún problema.

También es difícil poder salir porque si, hay el doble de peligros y retos para mí, que si las rampa, la inseguridad, las personas, la sobreprotección de mis padres que yo se que no lo hacen por afectarme, comprendo que les aterre la idea de que ande sola y no puedan cuidarme ante los miles de peligros que hay, el transporte es súper complicado porque no hay muchos carritos especiales para subirme y pedir que me lleven es pasar por la incomodidad de causar molestias cosa que ya mencione es ¡Horrible! Vasta y sobra con lo esencial.

He perdido muchas oportunidades por todo esto que probablemente no vuelva a tener y para mi desde que despierto tengo que enfrentarme a un sinfín de retos durante el día que a veces me desesperan y quisiera tirar la toalla, o tener una varita mágica para cambiar la realidad. Pero no se puede y lo que me queda por hacer es seguir, poner una sonrisa en mi rostro y demostrar que cada reto es para mejorar.

Les comparto esto porque muchas veces me dijeron que querían estar en mi lugar pues “todo me hacen” y es una gran estupidez decirlo; valora lo que tienes y no me refiero a lo material sino a que estas completo y todo tu cuerpo funciona correctamente permitiéndote hacer lo que quieras.

Ahora ya sabes cómo se siente y de corazón espero jamás pidas estar en mi lugar.